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Llega este blog con casi dos años de retraso desde que dio comienzo mi aventura y escribí la sección acerca de mi, único vestigio del embrión de blog que jamás llegué a publicar y donde se suponía publicaría las aventuras y anécdotas de mi periplo por Asia.

Desde entonces he conocido a mucha gente de todo el mundo, he visitado varios países, he regresado a España por asuntos personales más tiempo del que me hubiera gustado, me he vuelto a marchar y de nuevo he tenido que regresar por unas semanas más, lo que me ha dejado tiempo libre para por fin enfrentarme a este cuaderno de bitácora. Entre tanto me he hecho Divemaster, he sido deportado de Rusia, he aprendido a montar en motocicleta, he saltado en paracaídas por mi mismo, he pasado dengue e infinidad de otras pequeñas anécdotas que han hecho que la apuesta inicial renunciando a mi trabajo haya merecido no ya la pena si no que estos meses se hayan convertido en los más divertido e interesantes de toda mi vida. Aun no sé cómo terminará todo esto, quizás encuentre un lugar en Asia o finalmente cruce el Pacífico rumbo a América, puede que incluso tenga que regresar a España aunque de momento esa sea una de mis últimas opciones. 


Esto es quizás una de las cosas más bonitas de toda esta aventura, el levantarse de la cama y no saber muy bien qué es lo que va ocurrir en tu día, la mayoría de las jornadas te levantas sin saber qué harás, a quién conocerás o incluso dónde dormirás. Todo es un juego de final abierto lo cual se agradece tremendamente después de una temporada de mi vida donde prácticamente sabía donde estaría en cada momento del día, de la semana, del mes o incluso del año. De 8 a 18 en la oficina, de lunes a viernes en el trabajo, los sábados por la noche saliendo o quizás un cine... todo esto voló por los aires el día en el que tuve el arrojo para cambiarlo y me dispongo a compartir en este blog mis experiencias, sensaciones y emociones aunque todo llegue con un poco de retraso.



De ruta por la vida, nunca perdido
Path for life, never lost