Ya venía picándome el gusanillo de saltar en paracaídas desde hace un años así que en una de las paradas técnicas que he tenido que hacer entre viaje y viaje por Asia convencí a mi buen amigo Jaime para dar el paso y lanzarnos a ello.

Al principio teníamos pensado un salto tándem de esos en los que en el instructor te lleva de paquete, pero nos encontramos con una buena oferta para saltar por nosotros mismos con los paracaídas de apertura automática en Córdoba y no pudimos dejar pasar la oportunidad. 

Nos gustó tanto que después del primer salto hicimos otro, y no hicimos más porque se nos salían ya del presupuesto. ¡Totalmente recomendable!